miércoles, 30 de diciembre de 2009

El uso de la telemedicina en UCI no mejora la supervivencia ni la estancia - DiarioMedico.com


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ESPAÑA
SEGÚN UN ESTUDIO EN 'JAMA'
El uso de la telemedicina en UCI no mejora la supervivencia ni la estancia
La informatización y automatización de procesos asistenciales suele asociarse con una mejora de la calidad, pero no siempre sucede así: la monitorización remota de las unidades de cuidados intensivos no reduce la mortalidad ni la estancia media, empeorando incluso estos datos en algunos casos, según un estudio que se publica en JAMA.


Redacción - Miércoles, 30 de Diciembre de 2009 - Actualizado a las 00:00h.

llave conceptual:
1. La estancia media en cuidados intensivos pasó de 4,3 días a 4,6 al implantar los sistemas de monitorización remota

La monitorización remota de pacientes ingresados en unidades de cuidados intensivos (UCI) no se asocia con una reducción global del riesgo de muerte ni de la duración del ingreso, según un estudio que publica el último número del Journal of the American Medical Association (JAMA).

La evidencia relaciona la presencia física de los intensivistas en las UCI con una disminución de la estancia y la mortalidad, pero "algunas unidades han optado por el uso de tecnología telemática para permitir a los facultativos monitorizar de forma remota y simultánea varias UCI.

Ésta puede ser una solución parcial a la escasez de médicos, pero resulta cara y hay pocos datos que evalúen su efecto en la morbi-mortalidad", explican los autores.

Eric J. Thomas, del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Texas, en Houston, y su equipo han analizado los efectos de las intervenciones de tele-UCI en la mortalidad, las complicaciones y la estancia media en seis unidades de intensivos de cinco hospitales estadounidenses midiendo sus resultados antes -en 2.034 pacientes- y después -en 2.108- de la implantación de la monitorización remota. En dos tercios de los casos, los médicos sólo delegaron mínimamente en la telemedicina, mientras que para 655 pacientes la delegación fue completa.

Componentes
El sistema de tele-UCI estudiado incluye un escritorio remoto equipado con monitorización audiovisual y una estación informática que registra en tiempo real los signos vitales de los pacientes mediante gráficas.

Asimismo se cuenta con conexión audiovisual con las habitaciones de los pacientes, sistemas de alarma ante cambios en el estado del enfermo y acceso a imágenes médicas y al registro electrónico de la medicación.

Los investigadores encontraron que la tasa de mortalidad hospitalaria era del 12 por ciento antes de la informatización y del 9,9 por ciento después; no obstante, tras ajustar los índices por complejidad, los resultados son similares.

Lo mismo sucede con la mortalidad en UCI, del 9,2 por ciento antes y del 7,8 después, sin diferencias significativas tras el ajuste correspondiente.En cuanto a la estancia media hospitalaria, antes de la introducción de la monitorización remota era de 9,8 días, pasando a 10,7 después.

Con respecto a este indicador en la UCI, de 4,3 días se pasó a 4,6.Sin embargo, "existe una interacción significativa entre las intervenciones remotas y la gravedad de la patología, en la que la tele-UCI se asocia con una mejora en la supervivencia de los pacientes más graves, sin producir cambios o incluso empeorando los resultados en los enfermos más leves".

Por ello, los autores concluyen que "la implantación de un sistema de monitorización remota en UCI no está asociada con una mejora en los resultados; esta aparente falta de beneficios puede atribuirse a la baja delegación de decisiones concedida a estos sistemas, así como a los efectos variables sobre los distintos tipos de pacientes".

Considerando el alto coste de estos sistemas, la discutible evidencia que existe al respecto y la existencia de otros sistemas para mejorar el funcionamiento de las UCI, "creemos que usos futuros de esta tecnología deberían plantearse dentro de un marco de estricto control de los beneficios y los costes".
(JAMA 2009; 302(24): 2671-2678)

MÁS DATOS
"La tele-UCI tiene un valor potencial en la asistencia a pacientes críticos pero, dada su complejidad, no es posible demostrar la hipótesis de que mejora los resultados", afirman Erika J. Yoo y R. Adams Dudley, de la Universidad de California en San Francisco, en un editorial que publica JAMA. Por ello, sugieren continuar investigando y matizar en estudios futuros "qué componentes de la atención en UCI existían antes de la implantación de la monitorización remota y cuáles fueron añadidos".

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